En estos días estamos conociendo que con la aplicación de la llamada “Agenda 2030” el gobierno español lleva destruidos 108 embalses de distinto tipo y dimensión. ¡Y llueve sobre mojado!.
Ya en 2004, con la “inesperada” llegada al gobierno de Zapatero, tras los terribles atentados del 11-M que incidieron y condicionaron el resultado de las elecciones del 14-M, la primera y sorprendente decisión del gobierno socialista fue la derogación del Plan Hidrológico Nacional del año 2001 (Ley 10/2001 de 5 de Julio). Esta fue modificada por el Real-Decreto Ley 2/2004 de 19 de junio. Zapatero había tomado posesión del cargo el 20 de abril. Así pues se dio bastante prisa y además con un Decreto-Ley Urgente.
Es curioso que el más ambicioso Plan Hidrológico de la historia reciente de España, que contaba, no solo con el visto bueno, sino con la financiación de la Unión Europea, fuese eliminado de un plumazo y tirados a la papelera años de trabajo de los técnicos españoles y europeos, así como los centenares de miles de puestos de trabajo directos que suponían dichas obras, y la solución para decenas de miles de agricultores de la España Seca del Sur y el Levante. ¡Nadie nos dió una explicación convincente!.
Luego vimos lo que ocurrió con el “peor gobierno y el peor presidente", hasta aquel momento. Solo superado por el tándem Sánchez/Iglesias actual. Y como digo ya se vio como aquel gobierno sumió a España en una crisis sin precedente y con un nivel de desempleo bestial. Hasta que el 20-11-2011 se celebraron nuevas elecciones y los españoles concedieron al PP un “mayoría desesperada y aplastante” que sirvió de poco, ya que no derogó ninguna de las barbaridades cometidas entre 2004 y 2011 y el Plan Hidrologico, que es de lo que estamos hablando, siguió viviendo el sueño de los justos.
España tiene muy mala suerte o muy mala vista con sus gobiernos democráticos. Últimamente se ha profesionalizado la política, o más bien “funcionarizado” y poca ilusión transmiten en el futuro.
Miren ustedes, los pantanos tienen mala prensa para algunos porque la inmensa mayoría fueron construidos en la época de la Dictadura, pero lo que muchos no saben es que Franco tuvo la buena vista de poner en práctica los Planes Hidrológicos de la Segunda República, concretamente la “Ley de Obras de Puesta en Riego” (OPER) de 13 de abril de 1932, modificada parcialmente. También tuvo en cuenta el Plan de Obras Hidráulicas de Indalecio Prieto, de 1933, siendo este Ministro de Obras Públicas y con la dirección de Manuel Lorenzo Pardo, creador de la Confederaciones Hidrográficas, en 1926, durante la Dictadura de Primo de Rivera.
Así pues, como vemos, hubo un tiempo en el que “el bien” de los españoles estaba por encima de ideas e incluso de regímenes. Porque si Indalecio Prieto hubiese desechado al ingeniero de la dictadura, no hubiese creado la planificación hidráulica que, a su vez, fue llevada a la práctica por el dictador Franco.
Y hoy, casi un siglo después, nuestros gobernantes siguen discutiendo “sin son galgos o son podencos” y mientras el pueblo sufriendo el abandono secular.
Ya es hora de que se dediquen, nos dediquemos, a lo positivo y a lo práctico, y nos olvidemos de “dogmas” y rencores que sólo conducen a la miseria y al hambre (no solo económica).
Los nietos politicos de Indalecio Prieto deberían leer lo que él decía cuando proponía hacer trasvases de agua entre distintas cuencas de España:
"Esta no es obra a realizar en el periodo brevísimo de días, ni de meses; es obra de años, para la cual se necesita la asistencia de quienes hoy gobiernan, de quienes estén en la oposición, de quienes sirven al régimen republicano y, oídlo bien, de quienes están en contra de él; porque quienes por patrocinar el régimen republicano, a una empresa de esta naturaleza, le negaran su asistencia y su auxilio, serían, no enemigos del régimen, sino unos miserables traidores a España".
En fin, estos nietos no creo que enorgullecieran mucho a los abuelos socialistas, a los que tanto utilizan y “manosean” en beneficio propio.
LUIS FARACO ROLDAN.
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