jueves, 14 de septiembre de 2017

CATALUÑA. NACIONALISMO DEL SIGLO XIX.

 Lo que estamos viviendo en España en los últimos tiempos, a cuenta del proceso de secesión catalana, quedará para la Historia como el mayor anacronismo de los últimos 120 años. Estamos inmersos en el pesimismo de la España de 1898 y hemos vuelto a los errores de finales del siglo XIX, en España y en Europa.
 En ese nefasto siglo Europa y España sufrieron, en una especie de “ley del péndulo”, un retroceso cultural y social de tintes dramáticos.
 El S. XVIII había sido “el siglo de las Luces”, el “siglo del la Razón”, el del pensamiento Ilustrado. Había significado, merced a la Revolución Francesa (1789) y las posteriores réplicas y contra-réplicas revolucionarias  (1820, 1830 y 1848) el mayor avance en la conciencia social desde que el hombre esta sobre la tierra. Las ideas “liberales” arrasaron con los privilegios “estamentales” de una sociedad que conservaba una estructura medieval en muchos aspectos.
 Lo mas importante de lo que se consiguió en este proceso “revolucionario” fue la toma de conciencia de los europeos, el sentimiento de ser ciudadano, con sus derechos y obligaciones y haber dejado de ser “siervos”, propiedad del “señor” o del “rey”. Por primera vez (en las islas británicas sucedió antes la Revolución Inglesa, a partir de 1642 con la República y el Protectorado de Oliver Cromwell) los individuos eran “sujetos de derechos” y nos otorgábamos Leyes que estaban por encima de las élites y del Rey. Diderot, en 1751, publicaba los primeros tomos de la Enciclopedia Francesa. Aquello fue la “verdadera revolución” y lo que asusto a esas élites oligárquicas, eclesiásticas y militares. Ya nada volvería a ser igual, o al menos eso pensaron todos.
 Pero llego la segunda mitad del Siglo XIX y los llamados “movimientos nacionalistas” de corte ultraconservador en Europa. En principio, este movimiento, supuso la extensión de una forma de entender “lo nacional” al estilo germánico o racial. Una identificación de “la nación” con una raza, una lengua y unas fronteras, a lo que se sumarian unos fuertes intereses económicos. Estos movimientos fueron capaces de aglutinar, en muchos casos por las armas, a importantes colectivos “desencantados” con los imperios europeos que los habían gobernado hasta entonces. Así nacieron Alemania e Italia, a finales del siglo XIX.
 A principios del siglo XX ese sentimiento fue “utilizado” y manipulado por todo tipo de ideas extremistas. Así vemos, en las primeras décadas del siglo, nacer la URRSS, la Italia fascista y la Alemania Nazi. Estas ideologías nacionalistas se extendieron por todo el mundo y llevo a los mayores enfrentamientos, guerras y exterminios raciales y religiosos de la Historia universal.
 Yo creí que habíamos aprendido algo de la Historia. Desgraciadamente, no.
 A principios del siglo XXI, el afán de poder de ciertas élites políticas catalanas, alternativas a los que habían gobernado el principado desde la transición, formaron un llamado “tripartito”, formado por EU, ERC y el PSC-PSOE (curiosamente los mismos partidos que en 1934 intentaron un golpe de estado contra la República y que luego se quedó en la llamada “revolución de Asturias”). En ese momento, el nuevo líder del PSOE a nivel nacional, Rodríguez Zapatero, desconociendo la Historia y la Constitución de 1978, a pesar de haber estudiado derecho, se comprometió a aprobar en Madrid el Estatuto de Cataluña que saliese aprobado en Barcelona. Y ese es el momento de partida de este drama político actual que puede acabar en tragedia.

 Desde que iniciamos el presente siglo, estamos sufriendo a nivel mundial y sobretodo en España la mayor plaga de “malos políticos” de nuestra Historia. El analfabetismo, mezclado con el resentimiento, el fracaso personal y la ambición desmedida son un coctel explosivo.

 Vemos como partidos de extrema izquierda, en teoría “internacionalistas” y contrarios a las fronteras, apoyan las veleidades ultranacionalistas y filo nazis de unos partidos catalanistas decimonónicos, solo porque creen que destruyendo a España van a acabar con el “Sistema del 78” que tanto odian. Vemos a los timoratos equidistantes que quieren culpar a todos de todo, como si repartiendo culpas a diestro y siniestro ellos pudieran “pescar en el lodazal” y finalmente, vemos como una sociedad anestesiada asiste entre sorprendida y asustada a un espectáculo bochornos y antidemocrático pensando que “eso no va con ellos” y que los políticos que han creado el problema lo tienen que solucionar.

 Hay que llamar a las cosas por su nombre. Los catalanistas han estado acostumbrados a chupar de la teta de España y ahora piensan que se esta agotando y que es preferible abandonar el barco. De camino, esperan que queden impunes todas las tropelías y corrupciones cometidas en los últimos 40 años y que la Justicia independiente esta investigando. Los nuevos políticos del “cuanto peor, mejor” solo quieren destruir a España desde los cimientos y utilizarnos de laboratorio como si fuésemos Venezuela. Por este motivo, los grandes partidos nacionales tienen que tener altura de miras, identificar al enemigo y unirse en el combate futuro que será a muerte. Está en juego nuestro futuro como democracia y por eso, esperamos y deseamos que nuestras organizaciones políticas sean capaces de construir un futuro mejor, para todos.

 "Daría la mitad de mi vida para que los nacionalistas pudieran defender sus tesis, pero la otra mitad la necesito para batallar para que los nacionalistas no consigan lo que pretenden." Voltaire.

LUIS FARACO ROLDÁN




domingo, 28 de mayo de 2017

LA POLITICA DE LOS MEDIOCRES.

 Hace unos días hemos asistido a las “primarias” del partido socialista obrero español (PSOE).
 Los distintos analistas políticos han quedado en un absoluto silencio tras la elección del mas mediocre líder político, del partido político con mas Historia de España.
 Claro que las alternativas tampoco eran para aplaudir. Es mas, posiblemente hayan elegido al “mediocre menor” de los tres mediocres. Toda una proeza.

 Los antiguos griegos, nuestros maestros de casi todo, incluida la Política, diferenciaban varios estadios fundamentales en la evolución de los sistemas políticos.
 Para Platón, el mejor sistema era la Aristocracia. El gobierno de reyes “filósofos”, los hombres mas justos y sabios. Los reyes son elegidos por los mejores de entre los mejores y no es hereditario.
 La Aristocracia degenera en Timocracia. Cuando elementos de una clase inferior empiezan a formar parte de guardianes y ejercito. Estos líderes se alejan de la “filosofía” y están mas pendientes del poder por medios militares. Empieza la preocupación por el dinero.
 A continuación vendría la Oligarquía, como degeneración de la Timocracia. Es el dominio del dinero, como forma y como producto del ejercicio de la política. Al final el número de pobres y el desequilibrio con los ricos será tan grande de se convertirán en “germen de revolución”. El tipo de hombre de este sistema es el hombre timocrático, al que Platón simboliza con el hijo que fijándose en su padre, solo busca fama y honor. Cuando el padre gasta su dinero, cambian la ambición por el honor por la obsesión por el dinero.
 La Democracia de Platón es consecuencia de la degeneración de la Oligarquía por el libertinaje.
 El hombre democrático es el hijo de un oligarca, con innumerables deseos y afán de consumismo. El Estado se empeña en satisfacer esas supuestas necesidades y llega a la ruina económica. Un semiestadio de la democracia es la “demagogia”, consecuencia de la irrupción de políticos mediocres y demagogos que dicen al pueblo lo que quiere oír.
 El estadio final, por degeneración de la democracia, es la Tiranía. Es el caos y la ausencia de disciplina. El pueblo busca una solución y entrega el poder democrático a un tirano, al que no podrán echar luego fácilmente. Este sistema era de “propiedad común” en el que el Tirano elegido será el gestor de todo. El estado se convierte en policial y brutal. El tirano, por conservar el poder, cometerá todo tipo de atropellos y violaciones. Se consumirá totalmente el capital del estado, llegando a ser miserable y pobre.
 El fin de la Tiranía solo se consigue por la miseria extrema y la desintegración del estado.

 Analicen ustedes y verán en cual de los estadios de la política de Platón nos encontramos y si es para estar preocupados o asustados.
 Volviendo al principio, lo peor de las primarias del PSOE no es quien ha ganado o perdido, lo peor es el nivel de “mediocridad” al que se ha llegado. Y no es una crítica, solo a este partido, es una situación generalizada en todos y cada uno de los partidos con representación parlamentaria. Difícilmente podemos encontrar, en toda la Historia de España, un nivel tan bajo de capacidad política, oratoria, ética e incluso estética. En estos momentos ningún partido puede mostrar un ideario diferenciador, ninguno puede mostrar un programa de soluciones para nuestros problemas. Tenemos que sufrir y pagar a unos políticos mediocres que hacen del eslogan su ideario y lo peor es que no se ven alternativas.
 A este paso, como preveía Platón, antes o después a alguien se le ocurrirá entregar el gobierno a uno o varios tiranos que nos arruinaran económica, ética y políticamente. Que nos llevarán a un enfrentamiento entre hermanos y amigos. Luego nos arrepentiremos, pero ya será tarde, muy tarde. Porque la Tiranía, fruto de la mediocridad democrática y la demagogia es el mayor cáncer político y social que puede afectar a los pueblos que se creen libres.

A los mayores tiranos siempre les gustó tener fama de liberadores