Ya ha pasado la jornada
electoral y el panorama no puede ser mas desalentador, de cara a la formación
de un gobierno “estable”.
Hasta ahora, siempre, era
relativamente fácil saber quien gobernaba tras cada elección en España. Unas
veces con mayoría absoluta y otras con minorías mayoritarias. Es la primera vez
que caben múltiples combinaciones matemáticas. Eso es lo bueno y lo malo de
esta nueva situación.
En breves palabras la
situación de los distintos partidos seria la siguiente: el PP ha ganado, como
partido mas votado, pero con una minoría insuficiente; Podemos entra por
primera vez en le cámara con 69 diputados (casi la mitad que el PP) y aunque
traten de disimularlo, ha sido una desilusión no haber ganado, no haber
superado al PSOE ni ser decisiva o condicionante en la formación del gobierno
(salvo una coalición de 4 o 5 partidos); C,s se ha desfondado en la campaña
electoral y ha visto reducido su resultado a 40 actas, que no son pocas pero
que dadas las expectativas, saben a poco. Por ultimo, el PSOE, con sus 90
escaños, ha cosechado el peor resultado de los últimos 40 años, está
desorientado y con un líder provisional que no goza del respaldo de la mayoría
del partido.
Esta es a simple vista la
situación. Pero veamos con detenimiento las cosas. Yo veo la situación para el
PSOE como una oportunidad para hacer política de altas miras y demostrarnos que
sigue siendo un partido con visión de Estado. Los electores lo han puesto donde
vemos, como el principal partido de la oposición y por lo tanto, para desgracia
de Podemos, la alternativa de gobierno mas plausible. Para ello tiene que
recuperar su personalidad y su ideario. Tiene que analizar que gran parte de la
culpa de su pérdida electoral ha sido a causa de su radicalización izquierdista
y alejamiento del centro (social democracia). En la medida que ha radicalizado
su discurso, sus electores han visto que para copia era mejor votar a los
originales del radicalismo populista.
Llegados a este punto,
recuperando la centralidad, tiene que dejarse de aventuras hacia el abismo y
propiciar la gobernabilidad de España. Supongo que sus amigos de la
Internacional Socialista se lo estarán pidiendo ya. Estamos en Europa, tenemos
un estado del bienestar envidiado y endiable, a pesar de la crisis y de los
recortes. No podemos embarcarnos en experimentos que ya han fracasado en donde
se han puesto en práctica y debemos seguir siendo leales a nuestros socios de
la UE, que son los únicos que nos han ayudado y van a seguir haciéndolo cada
vez que los necesitemos. Europa se tiene que construir sobre la solidaridad, la
libertad y la igualdad o no se construirá, que es lo que muchos quieren.
Con inteligencia, y me
consta que la hay de sobra en el PSOE, tienen que propiciar el gobierno de la
minoría mayoritaria y junto con la otra fuerza constitucional emergente
(Ciudadanos) tienen que controlar, encauzar y, en su caso, respaldar
puntualmente al gobierno. Esa es la Política, con mayúsculas, que se hace en
Europa. Y además, es absolutamente compatible con encabezar la oposición al
Gobierno y consolidarse como la mejor alternativa.
Como digo, las crisis
económicas o, en este caso crisis política, son oportunidades. Oportunidades para
demostrar que se esta a la altura que se nos exige, para demostrar que por
encima del legitimo interés personal esta el interés de la sociedad, que es a
quien servimos.
Es el momento de los
valientes y de los inteligentes. Los que no estén capacitados están a tiempo de
bajarse de este tren histórico. Los que se queden tienen el honor y la
responsabilidad de llevarnos a todos a la estación de la tranquilidad, del
bienestar y de la paz.
“En los
momentos de crisis, sólo la imaginación es más importante que el conocimiento”. Albert Einstein.