lunes, 4 de mayo de 2020

COMUNISMO FRENTE A LIBERTAD.

 Corría el año 1977 cuando el poderoso Partido Comunista de la Unión Soviética invitaba al Partido Socialista Obrero Español a una “visita oficial” a Moscú. De todos es sabido que en aquellos tiempos y anteriores, la mayoría de partidos comunistas del mundo y algunos socialistas visitaban la URSS en actitud sumisa y para recibir las oportunas consignas y estrategias para destruír el capitalismo.
 A la cabeza de la delegación española figuraban Felipe González (35 años), Secretario General del PSOE desde hacía 3 años, y Alfonso Guerra (37 años), entonces Secretario de Organización.
 Los soviéticos, generalmente preferían en Europa gobiernos de partidos conservadores a los liderados por partidos socialistas. El ejemplo mas palpable de esto se produjo en las elecciones francesas de 1981, en las que ganó el PSF de François Mitterrand, por primera vez en la Quinta República. En estas elecciones el Kremlin respaldó abiertamente al candidato conservador Valery Giscard d’Estaing.
 Saco a relucir aquel viaje, aquellos momentos y aquellos hechos porque España y Europa estaban pasando una situación de crisis económica grave, como consecuencia de la “crisis del petróleo” por la Guerra del Yom Kipur, en octubre de 1973, que multiplicó por cuatro el precio del barril. De aquella visita ha quedado para la Historia una frase pronunciada por Felipe González: “Prefiero el riesgo de morir apuñalado en el Metro de Nueva York que tener que vivir en Moscú”. El significado era claro y gráfico de la contraposición entre Libertad y Seguridad. Esta ultima, la “seguridad”, era y es una de las banderas que enarbolan todos los regímenes comunistas, desde Cuba a Corea del Norte. Felipe González y Alfonso Guerra, a pesar de su juventud y de su nula experiencia de gobierno lo tuvieron meridianamente claro desde el primer momento.

  Volviendo a la actualidad, lo primero que vemos es la “enorme diferencia” entre aquellos dirigentes del PSOE y los actuales, no hay color. Aquel pragmatismo hizo posible una Transición, con luces y sombras pero, viniendo de donde veníamos, casi modélica. Cuando años después, tras un intento de Golpe de Estado, accedieron al Gobierno de España por abrumadora mayoría de 202 diputados, consiguieron uno de los “momentos históricos” que se dan muy de tarde en tarde. Una ilusión colectiva y mayoritaria y una alegría que lo impregnó todo, a pesar de las graves carencias de todo tipo que teníamos. ¡Qué diferencia!.
 Ahora, el verdadero líder del gobierno y del PSOE no es Pedro Sánchez. Nos encontramos en esos “momentos de encrucijada histórica” en los que se necesitan verdaderos “hombres de Estado” y a nosotros nos ha cogido con “el pie cambiado”, con el peor gobierno posible y con los peores lideres posibles. Uno por incapacidad y miopía y el otro por prepotencia, soberbia y odio a todo lo que se llame España (dicho públicamente por el mismo). Con esos mimbres es sencillamente imposible.
 La única receta que se ha puesto en práctica de forma sistemática, “gracias al Estado de Alarma” es la arcaica receta comunista de LA SEGURIDAD frente a la LIBERTAD. Tenernos a todos en casa, por decreto, con la amenaza de la Fuerza Pública, que multa hasta por llevar una bandera de España en el coche, con las manifestaciones de protesta prohibidas, con la prensa “secuestrada” y confiscada, mediante “subvenciones”, y con la población totalmente “dependiente” del Estado, o mejor dicho de los partidos del gobierno.
 Por “arte de pandemia” se nos esta implantando un sistema comunista “con vaselina” y con el beneplácito del PSOE, “¡quien lo ha visto y quien lo ve!”. Ya Lenin y Castro lo tenían claro “consigamos que necesiten del Estado para comer y harán lo que les digamos por una limosna”. Lo siguiente, que ya esta implantado también, es perseguir a toda “voz libre y discordante”, primero con la censura, después con multas económicas y, llegado el caso, con la “cárcel del pueblo”. Y mientras tanto, los CDR de distinto pelaje, colaborando con el Estado Policial, denunciando y atacando desde los balcones de las casas, desde los balcones de los “periódicos vendidos” y desde las redes sociales. Estos nuevos “boliburgueses” españoles son el brazo armado de la dictadura que nos están imponiendo. Estos “boliburgueses” son los que nos acusan de “expertos de barra de bar” por decir lo que creemos que esta pasando, mientras ellos viven “adosados al nuevo Régimen” y viendo como el pueblo se degrada por la miseria provocada, innecesariamente, por las medidas implantadas para tenernos en una cárcel colectiva.
 Yo, como diría, supuestamente, Emiliano Zapata “prefiero morir de pie a vivir de rodillas” y también estoy de acuerdo con Felipe González, “Prefiero el riesgo de morir apuñalado en el Metro de Nueva York que tener que vivir en Moscú”. En definitiva, mi Libertad no se vende, ni se arrastra ante nada ni nadie.

Luis Faraco.