domingo, 9 de septiembre de 2012

¿Por qué no podremos salir de la crisis?

 Está claro que tras 5 años, según mis cuentas, de crisis, no existe ningún indicio de que tengamos capacidad para superarla.
 La falta de expectativas es más dañina aún que la crisis en sí. Porque la gente, cuando no tiene expectativas de mejorar ni esperanzas de futuro, tiende a retraerse en el consumo y a aplazar sus inversiones hasta que el temporal amaine.
 ¿Es posible que nadie en este país tenga soluciones para salir de la crisis?, ¿De qué nos sirven los más de 400.000 políticos que tenemos en nomina?, ¿Ninguno tiene ideas?, ¿Y los miles y miles de expertos y asesores de estos “políticos sin ideas”, para que nos sirven?.
 La respuesta es más simple, o más complicada de lo que pudiera parecer. Y hay que buscarla más en nuestro sistema político que en nuestro sistema económico. Vallamos por partes.
 La esencia de cualquier democracia es el equilibrio entre los poderes y los contra poderes. Es decir, para que el poder democrático no se convierta en tiranía tienen que existir sistemas de control que hagan que el desempeño del poder o del gobierno este sujeto a la fiscalización de los contra poderes. Llámese  oposición política, sistema judicial, organismos independientes o controles supra nacionales. Pero aquí, en España, tras la llegada al poder del PSOE en 1982 con sus más de 10 millones de votos y sus 202 diputados, se produjo una voladura “controlada” de los organismos de control. Se empezó por politizar los órganos judiciales, desapareciendo como Tercer Poder del Estado Democrático, se continuó con la implantación de un sistema de descentralización del Estado, en autonomías, que en realidad fue mas una división feudal del Estado con sus correspondientes Caciques autonómicos y la reproducción del omnipoder   estatal en cada Taifa autonómica, se hicieron leyes para la autonomía municipal que en realidad solo eran una nueva reproducción de la misma situación estatal y autonómica para eliminar los controles legales y económicos que ejercían los Secretarios e Interventores Municipales. En definitiva, a los 4 años de aprobarse nuestra Constitución, nuestros políticos pusieron manos a la obra para hacerse con el control “exclusivo” de todas y cada una de las instituciones democráticas, bordeando y en algunos casos atropellando descaradamente nuestra Carta Magna.
 La consecuencia de todo esto que he descrito fue la ocupación total y absoluta por parte de los aparatos de los grandes partidos nacionales y autonómicos de todas las instituciones del Estado. Se recreó el absolutismo del siglo XIX con barnices democráticos. Es decir, lo que no controlan directamente los partidos lo controlan indirectamente (Cajas de Ahorros, Banco de España, Consejos de Administración de Grandes Banco y Empresas, etc.).
 Dicho todo esto, no podemos salir de la crisis con este sistema y con estos políticos porque jamás van a pedir perdón por habernos hundido en la crisis, porque jamás van a reconocer que ellos nos han llevado a la crisis y porque están hipotecados por sus propias redes clientelares para poder llevar a cabo las reformas imprescindibles para poder salir de la crisis.
 Todos, antes los socialistas y ahora los populares, nos dicen que hay que acometer reformas urgentes y hacer recortes imprescindibles. Vale, parece que saben lo que hay que hacer. Pero ¿qué es lo que hacen unos y otros?. Solo una reforma, la Reforma Laboral, porque no les afecta a ellos ni a sus “enchufados”. La reforma de la Administración, llevan años diciéndonos que hay que acometerla pero hasta ahora nada de nada. ¿Cómo van a despedir a sus enchufados familiares y compañeros de partido?, ¿Cómo van a reformar los privilegios de los funcionarios con el “trabajito” que les ha costado introducir a sus familiares, amantes y compañeros?. Sobre la Reforma Financiera, más de lo mismo. Después de convertir las Cajas de Ahorros en refugio de políticos y aprovechados, después de utilizarlas para apoyar a particulares y empresas afines, después de dar créditos sin el más mínimo criterio profesional de administración del riesgo, después de haberlas arruinado, todavía siguen ocupando sus consejos de administración con imponentes sueldos o jubilados con escandalosas pensiones. Y nadie ha ido a la cárcel. Ahora el BCE las va a sanear y tendremos que pagar (ya lo estamos pagando) todos, mientras ellos se van de rositas.
 O sea, las “reformas urgentes” no son tan urgentes para ellos. Pero los recortes a los más desfavorecidos y las subidas de impuestos a los más indefensos, esas si han sido urgentes y se han aplicado con premeditación y alevosía veraniega. Y después se extrañan del desprestigio de los políticos y que los ciudadanos los veamos como un problema del mismo calibre que el paro y mucho mayor que el terrorismo.
 Volviendo a mi pregunta inicial, no podemos salir de la crisis mientras no se reforme el sistema electoral y se regenere la “casta” política a todos los niveles, desde el más pequeño de los municipios. Mientras no eliminemos las instituciones inútiles (senado, diputaciones, etc), mientras no disolvamos los miles y miles de empresas públicas, fundaciones, corporaciones, mancomunidades y demás chiringuitos de enchufados. Mientras los ciudadanos no dejemos de ser súbditos pagadores y nos convirtamos en verdaderos ciudadanos con derechos y obligaciones.
 
“El presente es el resultado de nuestras acciones pasadas. Empieza a cambiar el futuro ahora”.
LUIS FARACO ROLDÁN