Hace tres años, tras las Elecciones Generales, publiqué el siguiente artículo que sigue teniendo vigencia. Por eso lo vuelvo a publicar.
Decir que en España, en 2019, hay 3.654.000 fanquistas o fascistas, que han votado a VOX es no haber entendido nada de lo que esta ocurriendo.
Miren ustedes, en las elecciones de junio de 1977, año y medio después de la muerte de Franco, dos partidos se presentaron como herederos del “Régimen del 18 de Julio”. Se trataban de Alianza Nacional 18 de Julio( F.N.-F.E. JONS) que obtuvo 97.894 votos y Falange Española Auténtica, que obtuvo 46.548 votos.
Piensen ustedes que la explicación es mucho más fácil, es muy posible que “los políticos profesionales”, la llamada “casta” haya conseguido, primero desencantar y ahora “Indignar” a la España silenciosa.
El detonante que provocó el Movimiento 15-M fué el Libro-manifiesto de un hombre de 93 años, de nombre Stéphane Hessel, llamado “¡Indignaos!”. Incentivaba a los jóvenes a que salieran a la calle y rebelarse pacíficamente contra la “desigualdad” del mundo moderno.
El tenia bastante experiencia y sabia de que hablaba. Había sido héroe de la resistencia francesa contra los nazis, torturado por la Gestapo e internado en un campo de concentración. Posteriormente, como diplomático, fue uno de los redactores de la “Declaración Universal de los Derechos Humanos, en 1948.
Como el decía, su libro es un alegato contra la indiferencia y propone la “insurrección pacífica, la desobediencia civil basada en la indignación.
Hoy, en España, hay una desigualdad entre “ciudadanos”, en función de donde hayamos nacido y/o donde vivamos. Ha crecido, en Cataluña y se extiende a otros territorios, por la pasividad e inacción de esa “casta” de políticos a la que me refería, una ideología nacionalista, étnica y supremacista que recuerda poderosamente a la que surgió en la Alemania Nazi y en Austria, en los años 30 del siglo XX. Y, de nuevo, la indignación se ha apoderado de un sector importante de la población española, que no soporta por mas tiempo esta injusta situación de discriminación y agravio de las comunidades ricas contra las comunidades pobres, con la complicidad incomprensible de los partidos de izquierda.
Ese es el germen, y no otro, de que más de 3 millones y medio de ciudadanos, pacíficos y demócratas, abracen una ideología que les promete acabar con “esa desigualdad”.
Ya sé que escribir esto me va a suponer recibir comentarios y etiquetas desagradables por parte de aquellos que se creen con la superioridad moral de decidir quienes son los buenos y quienes los malos. Lo harán pero seguirán sin entender nada de nada y seguirá creciendo la “indignación” y se seguirán radicalizando las posturas en una escalada diabólica que solo puede conducir a la tragedia.
Ya hace mucho que ciertos políticos dejaron de mirar hacia el pueblo y dejaron de conocer y entender sus problemas. No es saludable vivir en chalets de lujo, viajar en Phantom y estar rodeados de un circulo de aduladores. Esos árboles no dejan ver el bosque.
Estimado profesor. Siempre acertado en su análisis. Este país no tiene remedio, porque a nadie le importa y a los que algo le importa miran hacia otro lado.
ResponderEliminarAquí la paguita de fin de mes que no falte y por ello no le llevan la contraria asus nefastos líderes. Pagameros todos las consecuencias.