lunes, 6 de agosto de 2012

EL PODER DE LA VERDAD.

 Esta crisis que estamos sufriendo, como casi todas las crisis económicas anteriores, es una mentira.

 Dicho así, sin más, cualquiera diría que es la idea de un loco, afectado por los calores de Agosto. Pero voy a tratar de explicarme con la máxima sencillez posible, para que sea entendible por cualquier persona, aunque no posea ningún conocimiento de economía.

 Empiezo por explicar cómo funciona el sistema bancario internacional. Desde la desaparición del patrón oro, el dinero en circulación no está respaldado por nada, es decir es una mentira de los que fabrican ese dinero. ¿Y quienes fabrican ese dinero?, cualquiera podría pensar que son los gobiernos del mundo, a través de los bancos centrales. Pero eso no es así, el dinero lo fabrican los grandes bancos mediante el procedimiento de “anotación en cuenta”. Miren ustedes, una persona deposita en un banco 10.000 euros, esa es una cantidad real. Otra llega a ese banco y pide un préstamo de 10.000 euros. El banco le hace un apunte contable en su cuenta, ingresándole 10.000 euros y le empieza a cobrar intereses. Con esos euros se compra un bien X y el vendedor recibe los 10.000 euros que vuelve a llevar al banco. Por arte de magia el banco ya tiene depositados 20.000 euros y puede volver a prestar otros 10.000 para volver a cobrar intereses. ¿Ven ustedes como esos primeros euros se convierten en muchos más por arte de magia?, Así, repitiendo ese procedimiento, el banco multiplica el dinero como los panes y los peces por arte de la “anotación en cuenta” y así todas las veces que quieran.

 La siguiente pregunta lógica seria: ¿y si eso es así de fácil, por qué vienen las crisis y la escasez de dinero? Y la respuesta es: “porque le interesa a los fabricantes del dinero”.

 El ciclo es así. En la fase expansiva se fabrica mucho dinero y con bajos tipos de interés, de esa forma se incita a la gente a endeudarse y comprar “de todo” aunque no les haga falta. Los dueños del dinero y del mundo manejando todos los medios a su alcance y fundamentalmente los medios de comunicación de masa nos crean un “espejismo de riqueza”, todos nos creemos ricos, podemos comprar de todo, podemos endeudarnos a bajos tipos de interés, podemos consumir mas y mas. Lógicamente, los dueños del dinero, previamente, han fabricado todos esos productos de consumo y de inversión que nosotros deseamos comprar, lo que les reporta ingentes beneficios que suman a los intereses de la deuda de “dinero ficticio”, de “anotaciones en cuenta”. Paralelamente, la economía necesita producir mucho y se crean millones de puestos de trabajo ampliándose el número de consumidores en millones de personas más.

 Cuando el ciclo ha llegado a la cúspide y los desequilibrios amenazan esa “estafa piramidal”, los fabricantes de dinero, los verdaderos dueños del mundo, empiezan a retirar los beneficios obtenidos del sistema y a ponerlos a buen recaudo, en paraísos fiscales, en oro, diamantes, materias primas, etc.

 Se deja al sistema sin liquidez. En ese momento, las condiciones para conseguir créditos se vuelven cada vez más difíciles, los tipos reales de interés se elevan desorbitadamente, aumenta la morosidad, dejamos de pagar los préstamos porque “sus” empresas ya no tienen que seguir fabricando y despiden a los trabajadores, incrementándose el paro y la miseria. En definitiva, nos quitan el caramelo de la boca, desaparece el efecto riqueza y volvemos a caer en cuenta de que los pobres siempre somos los mismos y que los ricos siempre serán los mismos. Ese es el proceso que se repite una y otra vez a lo largo de la historia y que parece que siempre nos coge por sorpresa.

 ¿Y qué hacen nuestros gobiernos mientras tanto? Pues, lo que tienen que hacer como “tontos útiles” al servicio de sus “dueños”, el trabajo sucio. Nos suben los impuestos, nos quitan servicios que se pagaban con nuestros impuestos, destinan miles de millones a sanear el sistema financiero que previamente han dejado sin dinero sus dueños. Y todos eso, además, lo hacen “por nuestro bien”. Lógicamente, esas medidas van acompañadas de una nueva campaña mediática, llevada a cabo por los medios afines a “sus dueños” que consiguen meternos el miedo en el cuerpo, no vaya a ser que los que aún conservamos un puesto de trabajo pasemos a engrosar la fila del paro.

 Como ven, todo estudiado perfectamente. Con actores principales (banqueros de medio pelo, gobiernos, medios de comunicación), actores secundarios (sindicatos, trabajadores y pueblo en general) y los directores del teatro, los dueños de todo, a los que apenas nadie conoce y que pareciera que no rompen un plato. Es más, cuando ellos quieran, utilizando a otros actores principales (G-8, Club Bildelberg, Trilateral, etc.) vendrán a darnos la solución a todos nuestros problemas y se iniciará de nuevo el ciclo.

 Como ven, nada de esto es nuevo. Ya en 1.802 Thomas Jefferson dijo: “Si el pueblo americano permite un día que los bancos privados controlen su moneda, los bancos y todas las instituciones que florecen entorno a los bancos privarán a la gente de toda su posesión, primero por medio de la inflación, seguida por la recesión, hasta el día en que sus hijos se despertarán sin casa y sin techo, sobre la tierra que sus padres conquistaron

Luis Faraco Roldán

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