ESPAÑA Y EUROPA AMENAZADAS.

Llevamos en crisis económica casi 4 años, pero llevamos en crisis de valores muchos más. Esa es la peor crisis y el origen de la otra.

Hace años leí a Oriana Fallaci, escritora italiana afincada en Nueva York, fallecida en 2.006. Escribió poco antes de morir dos libros magníficos, de los que vendió millones de ejemplares, se trataba de “La Rabia y el Orgullo” y “La Fuerza de la Razón”. Cuando escribió el primero, recibió amenazas de muerte por parte del Islam y ella se identificó con un mártir de la Inquisición, quemado vivo en 1.328, llamado Mastro Cecco, por publicar un manuscrito en contra de la Iglesia. A Europa la llama Eurabia y acusa de la islamización progresiva de Europa a la llamada Triple Alianza, formada por la Derecha, la Izquierda y la Iglesia Católica europea. Acusa a casi todos los gobiernos europeos por firmar tratados a favor de la cultura islámica y contra la ONU por despreciar la Declaración Universal de los Derechos Humanos (que nunca fue firmada por los países islámicos). Nos habla de una invasión de Europa mediante lo que llama “Política del Vientre” que consiste en exportar niños y mujeres embarazadas a Europa como mejor forma de invadirnos y sojuzgarnos. Uno de los aventajados de esa llamada Triple Alianza fue nuestro ex presidente Zapatero que además financió los vientres con 2.500 Euros y un sinfín de subvenciones y subsidios.

En esta Europa de los derechos y la igualdad, se guarda un silencio cómplice con la ausencia de derechos de la mujer en todos los países musulmanes e incluso se hace la vista gorda  con las violaciones a esos derechos en el corazón de Europa.

En 2005 había en Europa más de 53 millones de musulmanes, de los que casi 20 vivían en países de la Unión Europea. En la actualidad y gracias a países como España y su efecto llamada a la inmigración ilegal, esas cifras deben ser muy superiores y subiendo. Solo hay que tener en cuenta que en la pasada Primavera Árabe fueron muchos miles los que huyeron de sus países y se refugiaron en el sur de Europa. En fin, según la Fallaci, el Islam ha declarado a Europa una verdadera Guerra Cultural.

Un fragmento de uno de sus libros dice: "La libertad y la democracia, amigos míos, hay que quererlas. Y para quererlas es necesario saber qué son y comprender qué encierran ambos conceptos. El noventa y cinco por cierto de los musulmanes rechazan la libertad y la democracia, no sólo porque no saben lo que es, sino también porque, si se lo explicas, no lo entienden. Son conceptos demasiado opuestos a aquellos sobre los que se basa el totalitarismo”. Desde un punto de vista actual, estas ideas serian consideradas ultra conservadoras, pero estamos hablando de una mujer que lucho contra la ocupación Nazi del norte de Italia, una antifascistas destacada en la resistencia y que como periodista entrevistó a los líderes Islámicos mas importantes, siendo la única mujer que entrevistó al Ayatolá Jomeini.

Tengo que reconocer que cuando la leí me pareció excesiva su idea de la amenaza pero hoy, 7 años después, mi visión es distinta. A la invasión islámica, de tipo cultural, hay que añadir la invasión económica china y tenemos la tormenta perfecta que mantiene a Europa postrada y sin capacidad de reacción ante su propio futuro.

Por supuesto que necesitamos políticas económicas que nos ayuden a superar esta crisis que padecemos, pero no es solo eso, necesitamos recuperar nuestro orgullo de ser europeos, de haber sido capaces de crear el mayor espacio de Libertad del mundo, de haber creado una Unión Europea Fraternal con los países menos desarrollados de nuestro entorno y del resto del mundo y finalmente de haber conseguido la mejor legislación del mundo en defensa de la Igualdad entre todos los ciudadanos, sin distinción de sexo ni estatus social. Y sin embargo, estamos amenazados por “dos mundos” en los que sus propios ·”pueblos” sufren la mayor explotación y vejación, a manos de sus propios gobiernos y clases dominantes.

Ya está bien. Necesitamos unos dirigentes sin complejos, con ideas claras, con valores definidos y con capacidad para hacernos recuperar nuestro futuro, sin renunciar a las conquistas sociales conseguidas en los últimos 65 años. Que no tengamos que avergonzarnos de ser herederos de la cultura Judeo-Cristiana y de la filosofía Griega. Que no nos quieran convertir en chinos, trabajando como autómatas desde que nacemos hasta que morimos. En fin, que no vengan a imponernos en nuestra casa, como tenemos que pensar y trabajar.

Europa debe seguir siendo, como siempre fue, una tierra de acogida. Pero tiene que seguir siendo, como siempre fue, desde la Revolución Francesa una tierra de Libertad, Igualdad y Fraternidad. Si lo conseguimos entre todos, nos salvaremos todos. Si no, habremos perdido no solo la batalla sino la guerra más importante y sin ni siquiera defendernos.

LUIS FARACO ROLDÁN